Kendrick Lamar se ha
convertido en uno de los mejores letristas de rap de la actualidad, una especie
de cronista sobre una realidad que desde fuera de los suburbios de Los Ángeles
parece pura fantasía, un intento de rememorar las historias de
peleas entre bandas callejeras de la costa oeste que, sin embargo, ha
sido el día a día para Kendrick Lamar desde que tenía uso de razón.
Good kid, m.A.A.d city es
la continuación de Section 80, un
aclamado debut que se inspiraba en las historias de gangsta rap sobre drogas,
violencia y sexo de Tupac Shakur adaptándolas
a la generación nacida bajo el mandato de Reagan. Para su segundo álbum,
Kendrick se aleja de su faceta como cuentacuentos y nos relata una
autobiografía sin paños calientes. El guión de esta película, como
Kendrick prefiere llamarla, está estructurado en tres actos, muy diferenciados
entre sí, pero que contienen historias secundarias desperdigadas a lo largo del
disco, pequeños rompecabezas que el oyente tendrá que completar y descifrar, además de dejar la conocida sensación del nudo en la garganta.
Estamos hablando del àlbum con mejores criticas, el más elogiado del 2013, presume de una puntuación de 91/100 en Metacritic, simplemente el mejor de la categoría, y siendo ese hecho su mejor carta de presentación para que la Academia le de el Grammy mañana.
Good Kid M.A.A.D City también tuvo un decente desempeño comercial, debutando en la segunda posición del Billboard 200 con unos respetables 241.000 (en una semana donde también debutó el otro nominado "Red" acaparando más del 50% de todos los discos vendidos en Estados Unidos durante esos siete días).
Este es un disco extremista y lo más realista posible (incluso más de lo que se puede escuchar en música), pero original, valiente, de historias verdaderas, corazón y mente abierta, en resumen, uno de los trabajos más cohesivos de la memoria reciente del rap, una historia de vida hecha arte puro y que marca como suele estar pasando cada año el buen momento que esta pasando el genero musical urbano americano y la brillantez e ingenio de sus mejores exponentes.
Kendrick cuenta con cinco nominaciones en las que en cuatro de ellas tendrá que enfrentarse a los que parecen ser su mayor competencia: Macklemore & Lewis. Good Kid... Serìa un digno ganador de Álbum del Año, pero desafortunadamente no tiene la ventaja porque este tipo de discos no suelen ganar el Grammy, tal vez por su dura narrativa, por su exceso de violencia y lenguaje y para mostrar prestigio simplemente lo nominan para compensarlo y no quedar en mala posición con la critica que tanto lo alabó. Por lo anterior es probable que The Heist de Macklemore sea la alternativa si finalmente la Academia se decide a premiar un álbum rap.
Mejor Nuevo Artista también será otra batalla de titanes en la que tal vez ninguno de los dos actos rap gane y termine con el premio el futuro mimado de los Grammys y potencial promesa a ganar en grande en próximas ediciones Ed Sheeran, o a la más consentida de la critica Kacey Musgraves.
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